Dentro del mágico mundo del Tarot, los Arcanos mayores conforman las 22 cartas principales de cualquier mazo, representando los arquetipos universales que son todos aquellos aspectos comunes a todos los seres humanos.
El emperador se encuentra por encima de toda influencia. Representa la estructura y la consistencia, la ley y el orden, su acción es realista y su predisposición, responsable, sobria y consecuente. Encarna la acción pasiva, y su cometido es, apoyar y llevar a cabo la realización del pensamiento e ideas de la Emperatriz. El cetro en su mano derecha le da la dirección, la visión y el poder de llevar a cabo lo que se propone. Y esto se lleva a cabo en el mundo material, pero sin menoscabar el libre albedrío de cada cual. El emperador, como líder natural que es, se limita a influir y aconsejar razonable y sabiamente a nuestro pensamiento, aunque de una forma muy sutil. Está vinculado a la actividad constructora y materializadora en este plano. Él mira hacia atrás, hacia los arcanos que le preceden, y por ello es consciente de que tiene la responsabilidad y el poder de manifestar sus aprendizajes y enseñanzas, en una obra que se haga visible y extensiva al resto de la humanidad. El es un hacedor, y desde su ejemplo y constancia, facilita y garantiza la supervivencia y bienestar de todos.
El 4 es su número, y da base, forma y estructura a la energía intelectual del 3, haciendo realidad todos los anteriores pensamientos y proyectos mediante el trabajo y la constancia. Así, lento, pero seguro, va construyendo un mundo visible dentro del que se mueve con seguridad, y que no dura en organizar y dirigir con mano dura, e incluso, a veces tiránica ante cualquier adversidad que le perturbe. Aunque prefiere que sea otro quien tome las decisiones.
Lectura e interpretación
Representa un hombre conservador, ambicioso y metódico. Tiene una extraordinaria capacidad de trabajo, es constante y riguroso, pero nunca apresurado. Construir es su palabra clave; un hogar, una carrera, un oficio, un patrimonio… Pero su propósito no es otro que la seguridad y la estabilidad. No es especialmente inteligente, –para ello están los arcanos que le preceden–, pero si muy práctico y pragmático. Le gusta mandar, pero no ser quien tiene la responsabilidad de la toma de decisiones últimas. Por eso suele trabajar muy bien como jefe subalterno, pues cumple al pie de la letra. Además de tener un talento especial para organizar y dirigir a otros. Como figura patriarcal que representa, puede ser un excelente padre, un padre tradicional y responsable, pero que posiblemente deje las decisiones a su pareja. Como esposo no es muy ameno, pues suele centralizar su atención en su trabajo y dar seguridad a la familia principalmente. Es un hombre leal. Economiza con sensatez, sin llegar a ser avaro. Es un hombre previsor. Este arcano nos invita a poner orden en nuestras vidas y trabajar con ahínco y perseverancia. También a que seamos sobrios y realistas y tomemos decisiones que nos permitan afianzar lo conseguido y mantener o conseguir estabilidad, a asumir responsabilidades y tener confianza en nosotros mismos y en nuestro futuro. El emperador es una carta positiva en general, a pesar de su aparente aspereza y rigurosidad.
Invertido o mal acompañado, debemos de tener cuidado de no ser temerarios y acometer trabajos o empresas que se escapan a nuestras capacidades. Nos advierte de ser más adaptables y abiertos, menos rígidos y despóticos en nuestra forma de obrar y pensar. Debemos defendernos de los abusos de poder por parte de nuestros superiores, padre o pareja, y tener un mejor control de nosotros mismos.

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