Dentro del mágico mundo del Tarot, los Arcanos mayores conforman las 22 cartas principales de cualquier mazo, representando los arquetipos universales que son todos aquellos aspectos comunes a todos los seres humanos.
Este arcano, de naturaleza femenina e intuitiva, posee las herramientas necesarias para la lucha, pues ya ha logrado vencer sus impulsos, sus pasiones e instintos primarios, representados por el león. Aunque lo ha logrado sin matarlos ni ocultarlos, de modo que esas energías son puestas a su servicio, y no a la inversa. Está conectado con su conciencia, comprende que la muerte no existe y que la eternidad de su alma le aguarda. El tiempo humano no es pasado ni futuro, sino un estado de continua presencia, y por ello se mantiene vigilante. El infinito le acompaña, pues ha triunfado sobre la materia, y esta ya no tiene poder sobre él. Es activo y combatiente, y además posee la inteligencia y la pureza de espíritu. Aspira a alcanzar la Divinidad con las energías del amor y de la vida, y su lucha se lleva a cabo desde los planos mental y espiritual. Por todo ello, ahora su victoria se puede plasmar en lo material.
Sus energías fluyen con facilidad por todo su cuerpo, dotándola de una fuerza interior sin igual. Representa la salud, física y moral, y el poder sobre sí misma. Es la reconciliación del ser humano con su naturaleza animal. La aceptación de las sombras, a las que ilumina con su luz. Es la manifestación del ser evolucionado y consciente de sí mismo.
El 11 es su número, número maestro que representa la dualidad centrada en percibir y traducir las energías sutiles del Universo. Es el líder espiritual portador de una excelente confianza en sí mismo, y con una poderosa capacidad de resolución basada en su intuición. Tiene como virtud una gran sensibilidad emocional, pero que a su vez se puede convertir en su peor problema, porque le permite percibir y sentir las emociones de los otros, pero si no es consciente, las puede sufrir.
Lectura e interpretación
La fuerza es una carta tremendamente positiva, por lo que cuando aparece nos habla de vitalidad, pasión, entrega, buen ánimo y ansia de vivir. Incluso acompañada de cartas negativas, esta siempre nos proveerá de la fuerza interior necesaria para vencer los obstáculos de todo tipo, internos y externos. En caso de disputas o desacuerdos, nos da la oportunidad de lograr la reconciliación. Es buen augurio para resucitar o levantar pasiones, tanto en la vida personal como laboral. Si hay alguna preocupación por enfermedad, nos promete una sanación rápida y sorprendente.
Relacionada con nuestra capacidad interna de sanción, nos aconseja reconciliarnos con la naturaleza y buscar alternativas naturales. La sexualidad estará exaltada y nos invita al disfrute, sin olvidar la necesaria conexión con nuestra conciencia. Es una carta excelente para deportistas y negociaciones. Nos promete riquezas, tanto materiales como en experiencias. Merecidos triunfos y poder sobre nosotros mismos, para lograr aquello que anhelamos. Buen momento para nuestro bienestar, tratamientos preventivos y disfrute en general. Impulso para ganar y conseguir la victoria. Nos recuerda que la sabiduría no es innata, sino que se adquiere, por lo que es un momento excelente para estudiar y adquirir conocimientos. También para independizarse y/o ampliar horizontes.
Invertida o mal acompañada, no pierde su positividad y nos sigue otorgando esperanza, pero nos recuerda el peligro de dejarnos arrastrar por nuestras bajas pasiones y estar sometidos a nuestros instintos. Cuidado con la susceptibilidad, la impaciencia o la agresividad. La falta de amor y comprensión por los demás puede traducirse en dureza e intransigencia. Posibles pruebas destinadas a favorecer el despertar de la conciencia, pues todavía no estamos preparados para recibir sus energías y seguir avanzando.
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